Raw o no raw...

   En una entrada anterior expresaba mis expectativas sobre el uso del raw en vídeo, pero pasado un tiempo parece que el raw no acaba de despegar. Si bien está completamente establecido en el sector fotográfico profesional, donde no hay cámara que no lo implemente, no tanto en el cine/vídeo digital, donde se mantiene como un sector nicho. Significativo de esto que comento fue el reciente lanzamiento de la Canon C300, la primera cámara de Canon enfocada al cine digital, con su sensor 4K super35 y montura PL, pero sin embargo no contempla una opción raw. Ni siquiera la afamada Alexa, el tope de gama de Arri, lo implementa en cámara, siendo una opción externa gracias a soluciones de terceros

 

La Canon C300 proporciona una excente resolución y rango dinámico en un códec Mpeg de 8 bits.


Y es comprensible. En fotografía es un proceso ya bastante estandarizado, programas como Adobe Camera Raw, Lightroom o Aperture, entre otros, permiten abrir y procesar practicamente todos los formatos raw, con independencia de su procedencia, y el proceso de trabajo esta muy bien establecido, al alcance de cualquiera. No ocurre lo mismo en el vídeo digital, con formatos propietarios (me refiero al formato que guarda los datos raw) que derivan en procesos de trabajo complicados (léase Red) e incompatibles entre si. Además el raw no es un formato adecuado para su visualización directa, es necesario un revelado previo que no siempre es posible en el set de rodaje, y generalmente no muy preciso, y mucho menos para edición, donde debe ser transcodificado a otros códecs, con el consiguiente tiempo que conlleva tal tarea. Vamos, que sin estándares y con la potencia actual de nuestras herramientas de trabajo no es un proceso para cualquiera. Así sus indudables ventajas se diluyen en un maremagnun de formatos, procesos, luts de visualización, tiempo de transcodificación, etc. que además, al final, ni siquiera garantizan una imagen excepcional.

Por el contrario, las cámaras que usan los formatos estándar HD basados en Rec 709 muestran desde el primer momento su imagen final, sin complicaciones ni engorros: lo que ves es lo que obtienes, así de sencillo. Y si se requiere mayor latitud y rango dinámico para el postproceso, pues se recurre a curvas de gamma que permiten almacenar mayor cantidad de datos del sensor para su posterior manipulación: Rec film (Panasonic), S-log (Sony), Log C (Arri) y Canon log (Canon). Con estas curvas se preserva información en los negros y en las altas luces que se perdería en una interpretación estricta del estándar en el proceso en cámara, a costa de una imagen plana, sin contraste, pero apta para su postproceso en la fase de finalización del producto. Así se consigue una buena calidad de imagen con la ventaja de su inmediatez, sin esperas, lo que en ciertos entornos profesionales es critico. Ya se sabe que el tiempo es oro.

Pero volviendo al raw, que es el tema que nos ocupa, éste se mantendrá como formato de elección en entornos de máxima exigencia. Así por ejemplo la Sony F65, la nueva referencia del sector, implementa un raw de 16 bit, por supuesto propietario. En otros escenarios, con presupuestos más ajustados, equipamiento más limitado y con plazos de entrega cortos, se impone un proceso de trabajo más estándar, conocido y fiable, basado en formatos YUV o RGB.

 

La Ikonoskop Acam dII, vestida para matar.


Todos estos inconvenientes no parecieron afectar a la empresa sueca Ikonoskop cuando eligió un proceso exclusivamente raw para su cámara de cine digital, la Acam dII. Ya hace un año que esta en el mercado, y si bien el raw es un atractivo para algunos, como es mi caso, no parece serlo para la gran mayoría. Para que su atractivo sea mayor es necesario una estandarización tanto del formato que guarda los datos raw como de su proceso de trabajo. Si bien esta tarea ya fue iniciada por Adobe con su formato cinemaDNG, el utilizado por la Acam dII, de momento su aceptación entre los fabricantes no es muy amplia que digamos, y su proceso de trabajo todavía esta en pañales, estableciendose según escribimos esto.

El desarrollo de un workflow, especialmente por parte de Adobe como impulsor, esta siendo muy lento, y el peso esta recayendo en los propios usuarios de la cámara, que con mayor o menor fortuna, con mayor o menor acierto, están estableciendo sus propios métodos de trabajo. Como ejemplo el de Joachim Vansteelant, que en su excelente blog My Ikonoskop Acam dII aporta con humor una información realmente interesante sobre la cámara y su investigación para crear un workflow operativo, además de las mejores imágenes tomadas por esta cámara vistas en la red (Vimeo). Otros buenos ejemplos son el blog de Aaron Vogel y los foros de Kristjan-Jaak Nuudi y el de la propia Ikonoskop, reabierto de nuevo.

Sin duda la Ikonoskop Acam dII es una cámara especial, su estética y forma más la captación raw le dan un toque poco convencional. Algunos la ignorarán o les resultará poco interesante si atendemos a sus especificaciones, mientras que a otros les encantará; como dice su slogan: The camera loves you. Si bien no soy usuario de esta cámara, como dispongo de algunas secuencias y frames en cinemaDNG, y como me entusiasma este tema, intentaré poner mi granito de arena en este noble empeño. Pero ya será motivo para la siguiente entrada.

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